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Cada día crecen las demandas de una ciudadanía informada, que pese a vivir en situación de discapacidad visual requiere una amplia diversidad de productos a los que se puede acceder mediante el uso de las tecnologías.

Un 2020 que será historia, qué duda cabe. Y es que hoy vivimos un periodo de aprendizajes, de cambios y adecuaciones constantes a lo que sólo veíamos como un lejano concepto, la “Nueva Normalidad”, que ya se instaló en todo el mundo y a la cual debemos asumir también como una nueva forma de vida.
Si analizamos este mismo contexto desde la mirada de grandes empresas tecnológicas y de los distintos e-commerce que han debido reestructurar por completo sus estrategias de marketing, uno de los focos se ha puesto sobre cómo acercar dicha gestión a los consumidores, no importando quienes son ni dónde se encuentran. En síntesis, la penetración absoluta e inequívoca de una era digital que ya comenzó, adelantando este proceso en al menos 5 años según estudios recientes.

En esta búsqueda es que nos encontramos con la banca, uno de los grandes servicios que alrededor del mundo ha sido pionero en la integración de herramientas virtuales en pro de una mejor experiencia de uso para millones de clientes. Ciertamente, dentro de este gran universo de personas también están quienes viven en situación de discapacidad, tanto visual como de otro tipo, pero que de igual forma exigen facilidades para conectarse con un mundo financiero del que también quieren ser parte.

En Chile, por ejemplo, existen dos grandes instituciones bancarias que han decidido ser más accesibles, enfocando su gestión en las personas con discapacidad visual. Una de ellas es Banco Estado, que tiene alrededor de 500 sucursales y que ha implementado en muchas de ellas un servicio de geolocalización mediante el uso de Lazarillo, lo que permite a clientes ciegos y con baja visión ubicarlas con mayor facilidad, además de un sistema de navegación interna que guía a los usuarios con mensajes de voz hacia los puntos de atención.

De igual forma se sumó a este desafío el Banco Chile, que durante los meses de pandemia ha entregado a sus clientes información sobre nuevos productos, funcionamiento de sucursales y protocolos de atención, utilizando para esto el servicio de noticias que Lazarillo creó durante el primer semestre de 2020 y que puede llegar a todas las personas que mantienen la aplicación en sus dispositivos móviles.

Nuestro trabajo continúa también junto al grupo Bac Credomatic, que está presente en diversos países de Centroamérica y que hoy proporciona información a personas con discapacidad visual a través de Lazarillo App en Costa Rica, democratizando sus productos y servicios con una banca más cercana.

Dos personas, con la app Lazarillo al interior de una sucursal BAC Credomatic en Costa Rica, una persona es ciega y utiliza baston y la app Lazarillo
Dos personas, con la app Lazarillo al interior de una sucursal BAC Credomatic en Costa Rica, una persona es ciega y utiliza baston y la app Lazarillo

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Es evidente que, tanto para conocer como para entender el nivel de necesidades que presentan las personas ciegas y con baja visión, primero hay que vivirlas de cerca. Precisamente, este ha sido desde un comienzo el compromiso de Lazarillo con sus miles de usuarias y usuarios, y la fuerza mayor que nos mueve a invitar a otras empresas a conocer e implementar iniciativas que complementen y fortalezcan un ecosistema de inclusión en todo ámbito.

Así, con la disposición de la propia banca, el retail, los grandes y pequeños ecommerce, y las entidades públicas y privadas de cada país, la posibilidad de acercar aún más a estas instituciones y empresas es una realidad que puede seguir alcanzando a más personas en todo el mundo, y para lo cual en Lazarillo estamos preparados.